domingo, 16 de noviembre de 2008

LA LUZ DE LOS AÑOS

A través de la historia ha existido momentos en los cuales las personas adultas mayores, ha tenido una posición privilegiada y para diversas culturas el valor y la importancia que el anciano tiene para su sociedad, es muy relevante, así por ejemplo; para la sociedad China siguiendo las directrices de Confucio, se estipulo que en la China, se le debía rendir obediencia al hombre de mas edad, asemejándolo con la sabiduría, a su vez en Israel, el pueblo Judío, desde su origen ha venerado la vejez y le confiere la mayor autoridad, a tal punto que al sacerdocio Judío solo se accedía a las posiciones privilegiadas con la madurez de los años y en la tradición Bíblica se favorece permanentemente al Anciano e inclusive Cristo elige como seguidores suyos a hombres de diferentes edades, pero la autoridad la establece en cabeza de el Apóstol Pedro el mayor y esta tradición la sigue la Iglesia nombrando los Papas entre hombres de avanzada edad, a tal punto que Juan Pablo II fue elegido a los 58 años, siendo considerado relativamente joven en comparación a la edad de elección de los antiguos Papas; en Grecia se le adjudicaba la sabiduría a los viejos y la fuerza a los jóvenes; en Roma el senado romano tenia el supremo poder de la nación ejercida por el colegio de ancianos y en algunas culturas indígenas americanas, el anciano de la tribu tiene autoridad y su concejo es acatado, pues se les consideraba como los guardianes de el conocimiento y la memoria de su comunidad.
Pero ¿EN QUE INSTANTE SE CAMBIO ESTA PERCEPCION DEL ADULTO MAYOR, CONVIRTIENDO LA ANCIANITUD EN UNA CONDICIÓN VERGONZANTE PARA EL INDIVIDUO QUE LA VIVE?
En Europa durante los siglos XI al XV, los jóvenes empiezan a gobernar por que eran los triunfadores, valiéndose de la fuerza física que manifestaban, dándole mas importancia a la imagen externa que a la vitalidad interna e inclusive la literatura profana va a ridiculizar al viejo y lo presenta como objeto de burla, y es hasta el siglo XVI con el surgimiento del renacimiento que se vuelve a dar valor al anciano, lo cual se evidencia en diferentes escritores como Shakespiare y posteriormente Víctor Hugo, mas sin embargo con el surgimiento de la revolución industrial y aun antes de ella, en Europa el anciano empieza a ser desplazado por la mano fuerte del joven ya que muchos trabajos así lo exigían y durante el siglo XX los medios de comunicación mostrarán la importancia del joven vigoroso y fuerte en contraposición a la del anciano y en la actualidad aun subsisten muchas de estas tendencias, a tal punto que el adulto mayor no tiene cabida laboral e incluso muchos de los que pudiéramos llamar hombres maduros laboralmente activos, son también considerados como viejos para laborar; unido todo esto a la concepción que se tiene del abuelo como carga para sus familiares cuando este no puede responder con la misma agilidad de años anteriores, quedando como único recurso el apartarlo del circulo familiar, de tal modo que en muchos casos terminan internados en institutos que atienden a esta población, mas sin embargo el sentimiento de abandono e impotencia, aumentando el sentimiento de nuestros abuelos.
Aunque existan leyes e instituciones que se preocupan por atender de la mejor forma posible al adulto mayor, es necesario concientizar y educar a nuestra población para que entienda que el abuelo es una persona digna y capaz de aportar a un a su sociedad, por lo que ellos buscan es el afecto y el reconocimiento por arte de los suyos sin tener en cuenta sus debilidades físicas o mentales. Ante lo cual es bueno ahora recordar la frase de Víctor Hugo “si se ve fuego en los ojos de los jóvenes, en el ojo del viejo se ve luz”.

Publicado: HERNAN CASTRILLON

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